Existe un
corazón delator, un palpitar de una conexión psicológica de las mujeres con el
terror, donde la furia femenina no es solo una herramienta narrativa, sino una
forma de expresión.
Con un 70% las mujeres son las principales
consumidoras del género de Terror y True Crime según un informe publicado por Social
Psychological and Personality Science. Este resultado no
es nada extraño teniendo en cuenta que desde hace más de II siglos, el género
del terror ha tejido una red tan pegajosa como el caramelo y tan seductora como
el carmín. Históricamente existe una fuerza invisible que une lo femenino con
lo oscuro, podríamos poéticamente decir que se encuentra en nuestra genética,
por algo las que han venido antes que nosotras han estado conectadas así mismo
con él.
Rosemary 's Baby (1968) (izquierda). En la creación y evolución del género, influyo la escritora icónica Mary Shelley con "Frankenstein" (1818) (derecha)
Desde los primeros
días del cine y la literatura de terror, las mujeres han sido protagonistas,
víctimas, y, en ocasiones, las propias entidades terroríficas. Hemos sido
creadoras y las propias sombras que susurran en la noche, brujas, sirenas,
heroínas y almas atormentadas pero ¿existe una razón psicológica de nuestra
conexión y gusto por el género?
La atracción de las
mujeres por el terror y el true crime puede explicarse desde diversas teorías.
Una de ellas es que el terror ofrece una forma de catarsis y una manera de
enfrentar miedos profundos en un entorno controlado. La Licenciada en
psicología Dra. Alejandra Monteros explica que las narrativas de true
crime pueden proporcionar una sensación de preparación y control frente a
peligros reales a los cuales nos encontramos expuestas. “El profundo
interés por el crimen está imbuido en nuestro código genético. El episodio
criminal capta nuestra atención y, de modo inconsciente, nuestra mente nos dice
-mira qué podes aprender, puede servir para salvar tu vida si te encontras en
una situación parecida- En aquellas situaciones donde experimentamos una
situación de miedo en un entorno seguro, la bioquímica cerebral libera dopamina
y adrenalina. De ahí el placer” El interés también puede estar
vinculado a un deseo de entender y confrontar la violencia en la vida real.
Esto permite a las mujeres examinar desde una distancia segura, enfrentando sus
propios miedos y ansiedades, llegando a sentirse poderosas pero sobre todo,
entendidas.
En estos cuatro últimos años se ha vuelto aún más predominante el consumo y fanatismo por el género del terror en las mujeres. A raíz de la evolución de este con películas recientes como “Midsommar” donde la protagonista se encuentra encerrada en un trauma personal y una relación abusiva, utilizando la rabia acumulada logra enfrentar sus traumas y a su pareja. Le siguen títulos como “American Mary”, “Pearl”, “Promising Young Woman”, “MaXXXine” que otorgan más allá de entretenimiento, una forma de comentario social, utilizando el terror para exponer y cuestionar realidades injustas.
"…es una explosión de emoción que desafía a las expectativas que los demás tienen de nosotras y a el comportamiento femenino tradicional. Es una forma de expresar resistencia debido a la frustración y a los sistemas que nos oprimen."
El término “feminine rage” (rabia femenina) comenzó como
una tendencia en redes sociales que ha evolucionado en el tiempo a una forma de
expresión y empatía. Este explora temas de venganza y justicia desde
una perspectiva femenina, reflejando la ira y la frustración frente a sistemas
opresivos. Vemos a mujeres que en este vasto escenario, no sólo
sobreviven, sino que reescriben su destino, este
que tanto desean con la tinta de la opresión transformada en fuerza, y el
miedo, transformado en un grito de liberación.
Para la Dra. Alejandra
Monteros “La sociedad desalienta la ira de las mujeres y cultiva
su culpa. Así dudamos de nosotras y nos quedamos en nuestro sitio. Lo vemos en
"La danza de la ira" de Harriet Lerner, un manual dirigido para
comprender y utilizar eficazmente la ira como motor de cambio” Las
emociones intensas como la ira afectan al cerebro, activando áreas asociadas
con la toma de decisiones y el control emocional. La doctora explica este
fenómeno de una manera en la que podemos asegurar que tiene la misma
razón de ser del feminine rage, revelándose así este no como un nuevo
concepto, sino un resurgir, una llamada a la sociedad actual a la
salida de lo que nos molesta y no nos deja ser.
“La ira nos ayuda a definirnos a nosotras mismas, a decir lo que
pensamos y sentimos, a lo que nos sentimos con derecho, lo que queremos y lo
que no queremos, lo que haremos y lo que no. La ira nos ayuda a aclarar quiénes
somos de lo que los demás quieren y esperan que seamos. Igual que el dolor
físico nos dice que quitemos la mano del fuego, el dolor de la ira preserva la
dignidad y la integridad del yo” Monteros además
agrega que el padre del psicoanálisis Sigmund Freud nos abrió los ojos sobre los estragos psíquicos a los que puede
conducir un exceso de racionalidad o de represión de las emociones. “Uno
de los excesos, por ejemplo, es el masoquismo, cuando la agresividad que no se
expresa hacia afuera se vuelve contra la propia persona; se puede volcar en
fantasías o en comportamientos que generan sufrimiento”.
De esta manera el feminine
rage en el terror ya no solo es una narrativa sino que completa su
metamorfosis como un cambio cultural hacia el reconocimiento y
la expresión de emociones que fueron negadas por años.
☆ ¿De qué manera las
narrativas de terror "feminine rage" que se caracteriza por mostrar a
personajes femeninos en momentos de vulnerabilidad, angustia, enojo y
frustraciones. Donde vemos a estas mujeres llegando a su límite y sacando sus
sentimientos de una manera pasional, ayuda a las mujeres a procesar sus propias
experiencias de ira y frustración?
☆ Ayuda a
normalizar la experiencia de la ira femenina. Tradicionalmente vista como
inadecuada para las mujeres, en la naturaleza humana, se encuentra una dualidad
constante entre el bien y el mal. Todos tenemos luces y sombras, pero la
atracción hacia el mal está en la esencia del humano... Con respecto al trauma,
ver personajes femeninos lidiando con experiencias similares puede ser una
forma de procesar y reflexionar sobre el dolor propio, siempre y cuando los
temas se toquen adecuadamente.
El terror permite a
las mujeres explorar temas que pueden ser difíciles de abordar en otros
géneros. A través del miedo y lo sobrenatural, podemos examinar realidades de
la opresión, el trauma y la resiliencia de una manera que resuena profundamente
con nosotras. El futuro del terror está en las manos de aquellas que han sido
históricamente silenciadas, que ahora encuentran su voz al revelar sus miedos y
esperanzas, redefiniendo el género de una manera innovadora y profundamente
humana. Este es un momento emocionante para el terror, y para quienes lo crean
y lo consumen.
El terror, sin duda, tiene ojos de mujer. Décadas desafiando y expandiendo los límites. Las mujeres hemos
transformado el terror en un reflejo más auténtico y resonante de nuestras
vivencias más oscuras y más grandes anhelos, de nuestros sueños y metas que
muchas veces parecieran inalcanzables. Lo hemos hecho nuestro. “Es cosa de chicas”. En este sentido, el
terror no solo aterra, sino que también ilumina, conecta y, en última
instancia, empodera.
1 comentario:
Excelente!
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